Turbulencias

El miércoles día 13 de diciembre tuvo lugar en el Urgull Zentroa la conferencia sobre:

«Una paz esquiva en la geopolítica actual»

Impartida por Liliana Zambrano (Profesora de la Universidad de Deusto)

Conferencia de Liliana Zambrano: “Una paz esquiva en la geopolítica actual”

El conflicto está presente en toda actividad humana ya que concretiza la oposición de objetivos entre individuos o grupos. En sí es un motor de cambio y no se traduce necesariamente en violencia. Porque además la violencia puede ser de varios tipos: para empezar, visible o invisible; y si es invisible puede ser estructural, cultural o institucional.

Así comenzó su charla la doctora Zambrano, que clasificó después también el concepto de paz en varias categorías: paz negativa cuando hay ausencia de violencia, paz positiva cuando esta ausencia de violencia se acompaña de mecanismos que permiten resolver los conflictos, paz estructural con herramientas que ayudan a mantenerla como los derechos humanos, el desarrollo, la justicia social…y paces imperfectas con situaciones de ni guerra ni paz.

Lo cierto es que la situación del mundo en estos momentos focaliza la atención en las tensiones entre China y Estados Unidos o las guerras de Ucrania y Palestina. En un caso porque son poderes nucleares y en el otro por el uso (incluso desproporcionado) de la fuerza para la resolución de conflictos. Pero en todas las situaciones de violencia conviene preguntarse qué intereses hay detrás. Estos intereses mueven una expansión armamentística cada vez más sofisticada, con el uso de tecnologías que llevan por ejemplo al desarrollo de armas autónomas, con todos los problemas éticos que comporta.

La realidad es que la mayor parte de los conflictos, con millares de víctimas, ocurren fuera de los focos y se sitúan mayoritariamente en Africa. Con raíces que se encuentran generalmente en motivaciones económicas de todo tipo, como la codicia por las materias primas cuyo ejemplo más significativo es el coltan, básico en la telefonía moderna. Es en estas llamadas “zonas de sacrificio” donde triunfa el extractivismo, con un impacto además sobre el cambio climático. Aquí también es donde comienza a verse la colisión entre la revolución verde y la revolución tecnológica.

La fragmentación de los conflictos y el veto recíproco de las grandes potencias han resultado en la incapacidad de Naciones Unidas para desarrollar eficazmente su misión de salvaguardar la paz en el mundo. La actual política de bloques, que incluye el papel de la Unión Europea, Estados Unidos, la OTAN y los nuevos BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Africa del Sur y otros), no ha contribuido a mejorar la situación.

Una explicación más del orígen y desarrollo de los conflictos actuales puede darla la “curva del elefante” sobre la evolución de la desigualdad en el mundo de 1988 a 2008.

Un gráfico que puede relacionarse también con los cambios políticos que se están dando en el mundo, donde el declive de las clases medias en los países desarrollados contribuye al auge de la extrema derecha y donde los países más pobres ven bloqueado su crecimiento. Visto todo esto es en el Sur global, al que el resto mira poco, donde la paz puede mostrarse más esquiva.

En resumen, una gran lección de geopolítica.

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